Irresoluta sucesión de mañanas…

Irresoluta sucesión de mañanas que se descuelgan pétreas e indiferentes a mi armazón esquelético, del que se pega la carne por costumbre y se mueve al compás de una música ajena y desacompasada. Impertérritas miradas y atónitos ojos circulares enloquecidos alrededor de mi humanidad, sin entender ni me miran, no comprenden mi existir ajeno y alienado. El singular y ondulante vuelo de un pájaro me dibuja una línea tendida hacia algún lugar de la que me descuelgo aún antes de tomarme. El laberíntico suceso de podredumbre y redención corroe mi bien y poco amado cuerpo. Me desenfreno hacia la salida quedándome siempre en el lugar de siempre y la vida que es muerte me descose el alma y mis neuronas roncas y vencidas caen junto al pelo que desprende el peine que no me paso y busco alrededor, adentro, afuera y no encuentro más que mi soledad profana, mi cuerpo fundido al piso y no puede, el grupo que me aconseja de lujos y riquezas enfrascarme en su coro hermético y cuadrado. Y no puede la anatómica armonía de una voz-cuerpo descifrarme y matar mi atávico desencanto de las cosas.

Y en vida estoy muerta. Y más allá no temo. Si más allá es la vida, la espero.

Introdúcete en mi bosch-e
Casandra Bösch